En general, un algoritmo consta de una lista definida, ordenada y finita de operaciones que tiene por objetivo el encontrar una solución a un problema determinado, partiendo de un estado inicial y una entrada. Se lleva a cabo a través de pasos unos detrás de otros y bien definidos por medio de los cuales se llega a un estado final, que responde a la solución del problema en cuestión.
El posicionamiento en los buscadores es – para las empresas - lograr que su sitio web se presente ante los ojos de los que buscan información en la mejor posición posible – idealmente la primera y especialmente antes que la competencia. Los buscadores utilizan algoritmos para devolver los conceptos de las búsquedas en sus hojas de resultados.
Los motores de búsqueda, por su parte, seleccionan las webs que van a entregar en la página de resultados, de acuerdo a un cierto concepto u orden de importancia y de acuerdo a una descripción y palabras claves predeterminadas en el sitio. Sin embargo, no todos los buscadores devuelven los mismos resultados porque funcionan de acuerdo a algoritmos distintos, generalmente más o menos secretos y más o menos complejos.
De todas formas, los algoritmos (o funciones matemáticas encargadas de la tarea en cuestión) no son el único elemento que determina el posicionamiento web. Los encargados de posicionar un sitio web pretenden conocer los algoritmos de los grandes motores de búsqueda con la mayor exactitud posible – cosa casi imposible – y adecuarse a la forma de su funcionamiento en cada buscador para tener los mejores resultados posibles
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